lunes, 7 de mayo de 2012

Basta de Gatillo Fácil

Este último fin de semana se cobro otra vida, esta vez la de un joven futbolista, un pibe más que como el Diego habrá estado plagado de sueños e ilusiones por convertirse en ese gran jugador de futbol querido y ovacionado por los hinchas. Sin embargo su suerte estuvo truncada por una bala, una bala que le toco a él como le podría haber tocado a cualquiera de nosotros, una bala disparada por un policía ( bonaerense, federal, metropolitano) para el caso da lo mismo, porque el gatillo fácil es una reiteración en esta democracia.
Esta democracia que se jacta en ser propulsora en la defensa de los DDHH, pero que no deja de sumar muertos, desaparecidos y procesados en una larga lista que parece nunca acabar.
Se realiza desde el Estado ante cada hecho de gatillo fácil  “purgas” en las diferentes policías para corregir a los descarriados, pero una y otra vez se suceden los “infortunios”, en el barrio le decimos “asesinados por la gorra”. Ministros, gobernadores, diputados, todos se lamentan de semejante barbaridad, pero a caso este gobierno no es el mismo desde hace 9 años, no son ellos quienes planifican y dirigen a la policía.
Aseguran desde el oficialismo que ellos han dado un giro de 180 ° con respecto a la política de los ’90 o sea al denominado neoliberalismo, ese bicho maligno surgido nadie sabe de dónde ni apoyado por quien, pero la realidad (como alguna vez dijo alguien) es la única verdad y esa verdad es que el gatillo fácil no deja de repetirse, como tampoco la represión a las manifestaciones sociales muchas seguidas de muertes como en el Indoamericano, la muerte de los  Qom o los campesinos de Santiago del Estero y hasta la desaparición de personas como Julio Lopez o Luciano Arruga.
Sin embargo la burocracia estatal  no deja de “sorprenderse” de semejantes episodios, hablan y se desligan de la situación como si nada tuvieran que ver, esgrimen epítetos contra la policía como si no tuvieran ningún poder sobre ella.
Pero seguimos insistiendo que la realidad nos muestra una policía que se sigue reproduciendo en las mismas escuela que antaño, que cuando tienen que reprimir primero se fijan en la portación de cara y en el tono de piel para argumentar su accionar, y tal es así, que está comprobado que la gendarmería, otra fuerza de ocupación en la provincia, utiliza inteligencia para infiltrarse en las manifestaciones sociales y detectar activista para luego confeccionar listas negras, tal cual quedo expresado en el proyecto X denunciado por los organismos defensores de los DDHH no oficialistas.
Parece ser que a la larga o a la corta el Estado no deja de darle sentido al concepto de que para convertirse en rector de una política territorial hay que mantener el poder coercitivo a través de la fuerza, legitima para algunos “pertenecientes a las misma clase” y anti popular para otros o “clases dominadas”.
Pero a pesar de los conceptos que definen al Estado, a su burocracia, que existe para argumentar las políticas estatales y a sus fuerzas de seguridad, que están para la represión legal, habrá miles como nosotros que seguiremos luchando y denunciando estos atropellos contra las libertades y los derechos civiles.

Basta de gatillo fácil.

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