martes, 20 de noviembre de 2012

Paro, violencia y sintonía fina.


Paro, violencia y sintonía fina.

Durante todo el día la gran mayoría de los medios de comunicación, que no responden justamente al grupo Clarín, agitaron un discurso en donde la aparente violencia ejercida por  patotas sindicales y grupos de desconocidos fueron los principales actores del masivo paro. Un discurso articulado desde el gobierno que en todo momento intentó descalificar y disminuir los efectos del paro. La presidente, subida en el palco de San Pedro, arengaba que ella no se iba a doblegar a las patotas violentas y a quienes trabajan para intereses corporativos, argumentos expuestos reiteradamente ante cada cuestionamiento que recibe el gobierno.
Un relato épico y nacionalista que se recrudece ante cada oportunidad tratando de crear ese falso enemigo, contrario a los intereses nacionales, que busca obligar a la opinión pública a tomar partido por uno u otro bando como si en realidad se jugaran  los verdaderos intereses nacionales en los distintos campos del partido.
Lo que no pude escuchar en ninguno de estos medios fue una comparativa con la historia reciente de nuestro país, como para tener un panorama más claro de cómo se realizó  el paro. En un contexto donde el gobierno y el cuentapropismo adepto de la Campora recalca continuamente que “con la democracia no se jode” nada se dijo o se comentó de los 13  paros sufridos por Alfonsín, encabezados por Ubaldini y sostenidos por todo el aparato del peronismo y los gremios de los “gordos”, hoy mas kirchneristas que Cristina. Paros que socavaron el primer gobierno democrático después de la dictadura más sangrienta que padeció el pueblo, paros que también fueron organizados de forma violenta y patoteril  por esos gremios  al rezago de la mano de obra desocupada perteneciente a las tres AAA y a los grupos de tareas adscriptos muchos  a las mismas filas del peronismo, provenientes de las entrañas de López Rega, Osinde, Rucci, Lorenzo Miguel y tanto otro fascista.
Paros violentos que también rompieron cristales de vidrieras, colectivos y trenes, paros que amenazaban a fabricas y comercios para que cerraran sus puertas. Paros que terminaron en saqueos e incendios por parte de las mismas bandas ocasionando la estrepitosa caída del primer gobierno democrático luego del proceso militar.
Políticos y gremialistas hoy artífices de este gobierno tan progresista y nacional, personajes de la talla de Menem, Yoma, Alvarez, Gioja, Manzano, Insfrán, Rodriguez, Cavallieri, Pedraza, etc. Y tantos otros escondidos en dependencias estatales u organizaciones gremiales fueron las cabezas de esos paros y otras maniobras políticas y económicas destituyentes.
Evidentemente siempre la historia es contada por los que la ganan y el golpe sufrido por el radicalismo fue pura incapacidad y falta de políticas de sus dirigentes, este es el relato construido por el victorioso peronismo que logró defenestrarlo y aniquilarlo.
Sin embargo el trasfondo de las diferentes crisis que cíclicamente azotan a nuestro país no es producto de los serviles burócratas de turno que agitan discursos y ocupan lugares de dirección, sino de la lucha interburguesa que continuamente enfrenta dentro de sus propias filas interés contrapuestos que tratan de ganar posiciones de poder arrastrando todo  lo  que  encuentren a su paso para salir victoriosos.
Y en la medida que el pueblo no pueda construir una herramienta política que realmente exprese sus intereses seguirá deambulando en la nebulosa de intereses ajenos sin la posibilidad de disponer de una verdadera alternativa  al poder instituido.

Guillermo Castelli.

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