sábado, 7 de febrero de 2015

Siempre puede ser peor.




La política en Argentina se caracteriza por adquirir una dinámica vertiginosa que a diario supera la ficción, pero que nunca termina de convertirse en un proceso de maduración que nos permita acumular experiencia para crecer y afrontar sucesivos hechos con un nivel de conciencia y de participación ciudadana que mejore las instituciones que conforman el Estado y profundice el sistema democrático.¿ Será que tal véz   el sistema democrático es el verdadero culpable de la imposibilidad de avanzar como sociedad, y su entramado está diseñado justamente para funcionar así? O en realidad, la democracia “el sistema más justo” se precia de ser representativa de todos los sectores, pero sólo es la herramienta  política que le permite a la burguesía montar el circo de su dominación, trayendo consigo toda su corruptela, que es la esencia de su forma de hacer política.
Terminada la dictadura millones de argentinos pensábamos que la etapa de los asesinatos, desapariciones y suicidios se habían terminado, que la política represiva emanada del mismísimo Estado se terminaba para siempre. Sin embargo a los pocos años de gobierno democrático la mano de obra desocupada del aparato represivo del Estado  más la planta permanente que seguía en servicio, se volvía a poner en funcionamiento, ya no como política institucional sino como bandas  delictivas que servían  al propio poder, a los grupos económicos  y a las facciones de los partidos gobernantes.
No es ninguna novedad que la política en argentina es sostenida con plata, barra bravas y servicios de inteligencia, empleados y desocupados, aunque últimamente hay que sumarles la buena ayuda del narcotráfico, traído de la mano del cabezón de Banfield como diría el piquetero  D´Elia, y profundizada por la década ganada.
Esta democracia nos tiene acostumbrados a sus dinámicos  acontecimientos que siempre terminan con uno más grave y más estruendoso que el anterior; pero no solamente la corrupción en su sentido más amplio  ha ido desvirtuando al sistema, sino que también ha calado en la conciencia de las personas y en la nueva cultura que las cobija, permitiendo que los sucesivos hechos de corrupción, enriquecimiento  y suicidios sean moneda diaria que ocupan las primeras planas por  algunos días y luego pasan al sarcófago de los tristes acontecimientos que componen nuestra historia, sin alterar en lo más mínimo la normalidad de nuestra Argentina, tal como puede pasar en Colombia o México, donde la violencia y la corrupción ya es parte de la sociedad.
Ejemplos de nuestro sarcófago de los recuerdos son: el suicidio de Yabrán,  después  del asesinato de Cabezas, a los pocos meses el suicidio del capitán Estrada vinculado con la ventas de armas a Ecuador y Croacia, el empresario Cattáneo se suicida por el escándalo de IBM, explota la fábrica militar de rio cuarto ocasionando muertos y heridos, Carlitos Menen, Ortra y  una chica mueren en un accidente de helicóptero en el cual nunca viajo una chica pero tampoco nunca fue un accidente, vuelan la AMIA y la embajada de Israel, y no ahondemos en la corrupción y el enriquecimiento ilícito, ya todos se olvidaron de A. Bouduo y L. Báez, a esta altura parecen las carmelitas descalzas.
Los negocios petroleros, el tráfico de influencia así también como el de armas y el entrenamiento paramilitar con él oriente persa no es nada nuevo, tienen su origen con el mismísimo general que nunca lo fue, Domingo Perón; en  su primera gobernación ya entendía lo importante que era tener llegada con la comunidad árabe y eso fue lo que lo motivo a cederles lugares de importancia dentro del propio gobierno, en principio porque vincularse con los posibles negocio del petróleo era estratégico para su idea de país y en segundo lugar porque era sabido que la comunidad funcionaba de manera muy verticalista y si se acordaba por arriba el apoyo a su mandato toda la comunidad le prestaría sus votos de forma ortodoxa. Es por ésto que en muy poco tiempo parte de la comunidad árabe sobre todo la que tenía coincidencia ideológica y política con los sectores del  Líbano, Palestina , Argelia, Irán,  o sea la parte que respondía a la corriente Maronita que se alineaba con la posición francesa, quienes favorecían a las minorías cristianas pudieron ascender rápidamente a importantes cargos dentro del gobierno y sostenerse en el tiempo. Los Saadi, Sapag, Menem, Yomma y muchos otros son producto de eso, así como tampoco es casualidad que montoneros se entrenara y recibiera financiamiento al igual que Menen de las tierras de Gadafi.
Esta relación se supo mantener en todas estas décadas a pesar de algunas traiciones que los musulmanes debieron recibir del peronismo autóctono tal es el caso de la participación Argentina en la guerra contra Irak llevada a cabo por los EEUU, donde Menen tuvo la genial idea de prestarles un par de fragatas a los yankees para transportar medicamentos, causa suficiente para despertar la atroz venganza del hezbolla (con alguna ayudita local) volando  en pedazos  tanto la AMIA como la embajada  de Israel.
La aparición del fiscal Nisman en los últimos días reabrió nuevamente los casos de los atentados, aunque estos ya estaban perdidos en el sarcófago de los recuerdos, para la gran mayoría de los argentinos, quienes piensan que estos  son algunos de los tantos casos que jamás se esclarecerán.
La gigantesca denuncia que éste tenía preparada para presentar ante la cámara de diputados no ensuciaría mucho más, de la mugre que  este gobierno viene acumulando, estar involucrado en el ocultamiento de pruebas de los casos de terrorismo, al fin y al cabo tampoco es tan grave, tengamos en cuenta que Menen voló una fábrica militar donde hubo muertos y heridos y sigue siendo senador.
Sin embargo la muerte del fiscal demuestra una vez más el entramado de las luchas que carcomen al sistema democrático, sistema que cada vez más se encuentra basado en negocios turbios, coimas, venta de influencias, servicios de inteligencias vendidos al mejor postor, negociados internacionales de origen dudoso, ajuste de cuentas y todo lo que uno no se puede ni imaginar.
La particularidad de la política tanto a nivel nacional como latinoamericano desde hace ya unos cuantos años  se encuentra vinculada a los actos de corrupción que en forma continua involucran a los Estados y sus  administrativos de turno, no es solamente un problema argentino, se trata de una características de estos gobiernos populistas que basan sus administraciones en corrupciones y negociados varios.
A todo esto la presidenta se tomo la costumbre que ante cada hecho  de alta trascendencia que conmueve a toda la sociedad, desaparece de la escena nacional como si no tuviera responsabilidad alguna, reapareciendo a desmentir todo una semana después, tal como pasó con el choque del tren en la estación once.
Seguramente su equipo publicitario estará mucho más apto para diseñar un discurso básico de cabotaje que inventar una respuesta a hechos de tamaña magnitud y encima generar el camino que desemboque en Magnetto su archí enemigo. Al fin y al cabo no importa lo que pase ya todos sabemos que fue él, aunque en su momento haya sido otro socio K.
El discurso de la presidenta fue largo y tendencioso como siempre, psicológicamente armado desde sus palabras, su atuendo blanco y puro y la silla de rueda que representa por un lado “su delicada salud como su esfuerzo por estar  cumpliendo su rol de presidenta”.
 Así como desde el primer momento todos decían, incluidos ella, Capitanich, Fernandez, Berni y cuanto funcionario  hablara que era un suicidio, ahora ya aseguran que fue un asesinato, sabía reflexión del gobierno. Se canso de echarle tierra a Lagomarsino, a Nisman y por si las moscas también a la fiscal del caso, embarrando la cancha, confundiendo y quedándose al margen de todo lo que la relaciona con el SIDE, como siempre parece ser que el mandato K empezó ayer y no hace más de una década, como si Nisman no lo hubiese puesto el mismo Nestor, promotor también de las reformas que tubo la SIDE siempre con Stiuso, como si D´Elia alto militante y funcionario K no estuviera involucrado, no solamente por todas las escuchas que salieron a la prensa sino hasta por las fotos que existen de él y Esteche (otro que salió del riñón de Galimberti) de gira por Irán.
Al fin y en cuenta lo que queda claro es que el gobierno asocia a sus negocios a quien más le rinde en el momento, y el aparato de  inteligencia del Estado no es indistinto a esto,  porque hasta hace unos años quien más plata se llevaba era la SIDE, después se paso a financiar a la gendarmería con su proyecto X y ahora a Milani que dentro del ejercito siempre manejo la inteligencia, o sea que a mejor comportamiento y mayor rendimiento, mejores negocios.

Por supuesto este caso tendrá miles de fojas, y las noticias irán disminuyendo hasta pasar otra vez al sarcófago de los recuerdos, nada pasará y dentro de poco tiempo saldrá a luz un nuevo caso de mayor envergadura que tendrá ocupada la atención de todos por unos días.
Lo importante es que la verdadera gravedad del hecho no se encuentra en quien lo mato a Nisman o lo indujo a eso, sino en la mafiosa forma de hacer política que el poder, ya sean funcionarios del  gobierno, diplomáticos extranjeros, servicios de inteligencia legales o ilegales, facciones de partidos o sindicatos y hasta monopolios económicos  internacionales, gestionan sus fuerzas en la  lucha político económica, arrojándose muertos como fichas en un gran  tablero de ajedrez.
No se olviden de Cabezas!!!!!!
Guillermo Castelli.

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