Grimson, Forster, Gonzales, Abal Medina los intelectuales orgánicos.
Según Antonio
Gramsci, cada clase social fundamental tiende a
crearse su propio grupo de intelectuales, que le da homogeneidad y conciencia,
en el terreno económico, pero también en el político y el cultural.
La nueva era democrática que se viene sucediendo en
Argentina como en el resto de los países sudamericanos, luego de los procesos
dictatoriales que se han sufrido, ha venido a resolver la
contradicción fundamental de la aplicación de los planes económicos de
las clases dominante, que ante tanto oprobio y espoliación padecidas por las grandes masas, éstas eran capaces de
generar organizaciones gremiales, culturales, políticas y hasta militares de
altísimo carácter revolucionario, ocasionándole conflictos sociales, que para
sofocarlos era necesario generar dictaduras capaces de reprimir a cualquier
costo para sostener la aplicación de los planes económicos .
Las clases dominantes, viejas burguesías nacionales
en extinción y las nuevas altamente transnacionalizadas, han aprendido que es
mucho más fácil aplicar los devastadores planes económicos generando consensó
de masas. O sea sostener la ganancia y acumulación capitalista a través de
gobiernos populistas que sean capaces de conseguir apoyo masas.
A tal punto el consenso es efectivo que el gobierno
de Menem convenció a grandes multitudes con su relato; la mejor salida a las crisis económica que
acorralaba al país era vender todas las empresas del Estado Nacional causantes
de las grandes pérdidas, y la gente termino pidiendo a gritos las privatizaciones.
El Kirchnerismo no escapo a esta fórmula, organizo un gran relato de mentiras
para desarrollar grandes transferencia
económica a grupos monopólicos adeptos, y políticas clientelares y de saqueo al
estado, para sostenerse en el poder durante tres periodos .
Y los intelectuales son los primeros organizadores
de la función económica de la clase a la que están ligados orgánicamente. También
son los portadores de la función hegemónica que ejerce la clase dominante en la
sociedad civil. Trabajan en las diferentes organizaciones culturales,
educacionales y especialmente en las de difusión, radios, revistas, diarios,
televisión, redes sociales; con el fin de asegurar el consentimiento pasivo,
sino también el activo, de las clases dominadas en la dirección que las clases
dominantes le imprimen a la sociedad. Al mismo tiempo también cumplen con la función
de organizar el aparato de coerción estatal que asegura ¨legalmente¨ la disciplina
de aquellos grupos que no consienten ni activa ni pasivamente, pero que está
preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el
comando y en la dirección, casos en que no se da el consenso espontáneo.
Estos son los empleados de la clase dominante,
organizadores ¨intelectuales¨ de la hegemonía necesaria para construir consenso
social, con el fin de revalidar continuamente las políticas aplicadas por el
gobierno de turno.
En estos roles
es que se fueron desenvolviendo y ocupando lugares personajes como Alejandro
Grimson, Ricardo Forster, Horacio González, Paula y Juan Manuel Abal Medina,
Dante Palma y otros tantos.
Construyeron todo un andamiaje desde lo académico –
cultural para contribuir al gran relato que abarcaba desde la defensa de los
DDHH, la incorporación de millones de puesto de trabajo, la inclusión social y
la inflación más baja de la historia, entre otras tantas mentiras, que pudieron
ser sostenidas gracias al gran control de los medios de comunicación a través
del aparato del Estado.
A tal punto las mentiras se transformaron en
veracidades, que ni Néstor ni Cristina estuvieron
exiliados durante los años duros, convivieron felizmente en Santa Cruz y no
solamente eso, se llenaron los bolsillos gracias a Martínez de Hoz y su ley
1050 sancionada en 1980; no hace falta explicar quien gobernaba el país en ese
año, la cual descongelaba las cuotas de los préstamos hipotecarios y éstos
pasaban a indexarse al ritmo de la inflación, gracias a esto cientos de
personas presionadas por los bancos debieron mal vender sus casas. ¿Y a qué no
saben quién las compraba?
Por lo cual se cae de maduro que el discurso de los
DDHH solo fue una retórica de coyuntura, porque cuando realmente las papas
quemaban los Kirchner acumulaban propiedades gracias a la dictadura.
Sin embargo todo un grupo de comunicadores,
educadores, periodistas, intelectuales formaron el gran relato del proyecto
nacional y popular. Lo difundieron en todos los ámbitos, especialmente en los
académicos, a través de las grandes redes que se construían con el aparato y la
financiación estatal.
Pero como siempre me decía mi abuela, las mentiras
tienen patas cortas, y hoy a la luz de los hechos el robo perpetrado desde el
Estado ha sido increíble, hasta para sus propios mentores. Han robado tanto que
hasta era cierto que no la contaban sino que la pesaban.
Hoy por supuesto todos quieren despegarse del gran
robo. Hoy ¨los argumentos para mayor igualdad¨ afirman que el robo de algunos
no invalida el proyecto, que solo fueron José López y Lázaro Báez, que corrupción siempre hubo, que
Macri y todo su equipo tienen panamá pappers, etc, etc.
Como si los
actuales ¨ladrones¨ redujeran el robo perpetuado por ellos. O sí esto demostrara
que durante la era K hubo solo hechos
aislados de corrupción y no un proyecto de facinerosos llenándose los bolsillos
de plata y repartiendo dádivas para sostenerse en el poder.
López lejos esta de ser el único caso, también existen
Báez, Hebe y las viviendas sociales, Milagros y las máquinas de contar plata,
los hoteles del calafate, los trenes chatarras que compraron, el narcotráfico
de la efedrina con Pérez Corradi, la rosadita y los fajos de dólares, y por
supuesto las universidades porque no han dejado nada sin usar para robar o
lavar dinero.
Hablan de cómplices y víctimas, mientras toman
distancia y buscan baldosas para esconderse, tratando que el tiempo les permita
caminar de nuevo por las calles o pararse delante de un curso para hablar de
honestidad intelectual, sin ser observados como parte del gran grupo de
estafadores académico y morales.
Pues la verdad les ha demostrado, que a pesar de las
dádivas repartidas, los millones de planes sociales, los servicios públicos a
bajísimos costos, los planes de vivienda, las cooperativas, los ñoquis, fideos
y lasañas que incorporaron al Estado, más del 50% del país les dijo que se
vayan. Por primera vez en la historia un gobierno no pierde por crisis
económica, sino por haber construido un sistema de corrupción a nivel nacional,
que hasta muchos de los beneficiarios por necesidad y carencia votaron en
contra.
Nosotros los estudiantes de ESA (Estudiantes de
Sociología y antropología) no queremos formarnos como fieles empleados de
ningún gobierno de turno, no queremos ser reproductores de la ideología de la
clase dominante y parasitaria, no estudiamos para que nos repartan un par de
horas cátedras, nos den una simple beca
o un plan social, porque no estamos dispuestos a renunciar a nuestros
principios morales y a la veracidad académica.
Por todo esto es que consideramos que es
imprescindible la construcción de un
saber social de nuevo tipo, el cual debe aportar elementos para generar las
necesarias transformaciones en la vida cotidiana de nuestra sociedad.
Esto nos hace considerar a la utopía como la
posibilidad de sentir la necesidad de cambiar, soñar, desear hacerlo; la utopía
como voluntad de cambio y reconocimiento de la capacidad de hacerlo. Por eso
planteamos la lucha de las ideas, la disputa de las subjetividades, porque se
nos ha querido anular la capacidad de soñar un país diferente, se ha presentado
el pensamiento corrupto y parasitario como la única posibilidad. Y nada nos
impedirá formarnos como verdaderos críticos e interpeladores de la realidad que
se nos presenta.
Guillermo Castelli.
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